viernes, 5 de junio de 2009

CAÍDA DEL RÉGIMEN DE SADDAM HUSSEIN


Saddam Husayn o Saddam Hussein (1937-2006), presidente de Irak (1979-2003). Durante su mandato, caracterizado por la brutal represión de la oposición interna, su país se vio sacudido por tres guerras.

PRIMEROS AÑOS DE SU VIDA: Nació en una pequeña aldea muy cercana a Tikrīt, en el seno de una familia de campesinos. En 1955 se trasladó a Bagdad y comenzó a involucrarse en política. A los veinte años se unió al Partido Socialista del Renacimiento Árabe, más conocido como Baaz (en árabe, ‘renacimiento’), en cuyo seno fue ascendiendo rápidamente. En 1959 participó en la conspiración que intentó acabar con la vida del primer ministro iraquí, el general Abdul Karim Kassem. Huyó a El Cairo (Egipto), donde comenzó a estudiar Derecho al tiempo que seguía vinculado con las actividades de su partido. Regresó a Bagdad en 1963, contrajo matrimonio, y se convirtió en vicesecretario general del Baaz. En ese año participó en el golpe de Estado que derrocó a Karim Kassem, y en 1968 en el baazista que convirtió a Ahmed Hassan al-Bakr en presidente del país. Todos estos años de actividad clandestina le proporcionaron un pequeño grupo de íntimos colaboradores, muchos de ellos familiares suyos y naturales, como él, de Tikrīt. Tras el golpe, buena parte de esta camarilla formó parte del Consejo del Mando Revolucionario, organismo que pasó a controlar de manera plena los poderes del Estado, y del que Husayn fue vicesecretario general desde noviembre de 1969.


Hasta 1979, colaboró estrechamente con el general Ahmed Hassan al-Bakr, presidente del Consejo y de Irak. Husayn adoptó una función predominante en la gestión y dirección de los principales problemas internos del país. En 1970 negoció un acuerdo con los líderes separatistas kurdos, que concedió a estos la autonomía; dicho acuerdo quedó roto posteriormente, perpetuándose una encarnizada lucha entre el régimen baazista y los grupos kurdos. Asimismo, Husayn tomó parte en la nacionalización de la industria del petróleo, la mayor fuente de riqueza iraquí. En 1973, gracias al incremento de los precios del crudo, el gobierno abordó un ambicioso programa de desarrollo económico y social, que permitió el establecimiento de nuevos centros de enseñanza, hospitales y fábricas. Por lo que respecta a política exterior, en 1975 negoció un acuerdo con Irán que contemplaba concesiones fronterizas por parte de Irak; a cambio, Irán se comprometió a poner fin al apoyo que prestaba a los opositores kurdos en Irak. También lideró la oposición árabe a los Acuerdos de Camp David, firmados en 1979 entre Egipto e Israel.



PRESIDENCIA: Según avanzó la década de 1970, Ahmed Hassan al-Bakr fue abandonando progresivamente la política, retirándose formalmente de sus cargos en 1979. En julio de ese año, Husayn le sucedió como secretario general del Baaz, como primer ministro, y como presidente del Consejo del Mando Revolucionario y del país.

GUERRA IRANO-IRAQUÍ: Tras la Revolución Islámica de Irán (1979), Husayn temió que en Irak se produjera una expansión similar de las ideas islamistas más radicales, especialmente entre la población chiita (mayoritaria en el país). En septiembre de 1980, Husayn revocó el acuerdo suscrito en 1975 con Irán, e invadió este país. Tras algunas victorias iniciales, el avance de las tropas iraquíes se vio detenido, por lo que en 1982 Husayn comenzó a buscar otras vías para poner fin a la guerra, intentando lograr el apoyo diplomático y financiero de otros gobiernos árabes del golfo Pérsico y centrando sus objetivos bélicos en las instalaciones petrolíferas iraníes. El gobierno de Irán, que esperaba la caída del régimen de Husayn, rechazó firmar un alto el fuego hasta 1988. Durante la contienda, las fuerzas de Irak utilizaron armas químicas contra las de Irán. La Guerra Irano-iraquí dejó a Irak devastado, con centenares de miles de víctimas y una enorme deuda exterior. No obstante, Husayn todavía contaba con un Ejército muy experimentado y bien armado, que utilizó para influir en asuntos regionales, como por ejemplo, para presionar a Kuwait para que condonara la deuda iraquí con este país.

Guerra del Golfo Pérsico: En agosto de 1990, tropas iraquíes invadieron y anexionaron Kuwait. A comienzos de 1991, una coalición internacional dirigida por Estados Unidos obligó a su Ejército a retirarse de Kuwait durante la guerra del Golfo Pérsico. Si bien este conflicto fue mucho más breve que el librado anteriormente con Irán, sus consecuencias fueron igualmente nefastas para el país, que quedó aislado y sujeto a sanciones económicas impuestas por la comunidad internacional. A pesar de las predicciones sobre su caída, Husayn reprimió con dureza las respectivas revueltas internas protagonizadas por los chiitas en el sur y por los kurdos en el norte, aunque su régimen perdió algún control sobre dichas zonas del territorio iraquí. En los años siguientes, Husayn arrestó, exilió u ordenó matar a muchos de los miembros de su pequeño círculo de poder, dividido tras la guerra del Golfo, que pensaban ya en su posible derrocamiento.
Las nuevas maniobras militares llevadas a cabo cerca de Kuwait en 1994 no tuvieron resultados positivos y Husayn no logró el levantamiento de las sanciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) contra Irak. En mayo de ese año pasó a desempeñar por segunda vez el cargo de primer ministro (su primer ejercicio del mismo se había desarrollado entre 1979 y 1991), que ya no abandonaría hasta su caída. Un referéndum celebrado en octubre de 1995 prorrogó su mandato presidencial durante otros siete años. En septiembre de 1996, Estados Unidos bombardeó nuevamente Irak por haber traspasado la línea de exclusión —fijada en 1991 en el paralelo 36— con la intención de atacar a la población kurda.


El 20 de febrero de 1998, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, se entrevistó en Bagdad con Husayn para intentar evitar el ataque estadounidense a Irak, promovido por el gobierno de Bill Clinton en castigo a la negativa iraquí a la inspección de su arsenal químico y biológico. Dos días después, Husayn se comprometió a cumplir las decisiones de la ONU, evitando así el estallido del conflicto, después de que Clinton aceptara el alcance de lo pactado. El acuerdo, que reconocía explícitamente la obligación de los estados miembros de la ONU de respetar la soberanía e integridad territorial de Irak, contenía el compromiso del propio Annan de elevar al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el levantamiento de las sanciones impuestas al gobierno iraquí.


La tercera crisis tras la guerra del Golfo Pérsico tuvo lugar a principios de noviembre de 1998, pero finalizó el 15 de ese mes cuando Clinton renunció a un nuevo ataque tras aceptar las garantías admitidas por el gobierno de Husayn respecto de la actividad de los inspectores de la ONU, origen de la situación de enfrentamiento. Convirtió esta decisión internacional en una nueva victoria de su régimen contra Estados Unidos. No obstante, desde el 16 hasta el 19 de diciembre siguiente Bagdad y otras ciudades iraquíes fueron bombardeadas por tropas estadounidenses y sus aliadas británicas, lo que le obligó a declarar el estado de alerta. Volvió a considerar el momentáneo cese de los ataques como una victoria que reafirmaba su política, pero las acciones militares estadounidenses prosiguieron al año siguiente, si bien sin la difusión pública que tuvieron las llevadas a cabo en el mes de diciembre de 1998.

CRISIS FINAL: En octubre de 2002, tras un nuevo referéndum, fue ratificado para permanecer en el poder durante un nuevo septenio. Días después, en ese mismo mes, Husayn decretó una amnistía total. Tales hechos tuvieron lugar en el contexto del que parecía un inminente nuevo ataque contra Irak por parte de Estados Unidos, cuyo presidente, George W. Bush, señalaba que el continuado incumplimiento de las resoluciones de la ONU por parte del régimen iraquí evidenciaba que este fabricaba y almacenaba armas de destrucción masiva. En noviembre de ese mismo año, tras las fuertes presiones recibidas por parte de Estados Unidos y la ONU, Husayn aceptó cumplir el contenido de una nueva resolución (la 1.441) de aquella, por la que los inspectores internacionales regresarían a Irak para reanudar sus actividades de verificación. A comienzos de 2003, el gobierno de Bush denunció que Bagdad estaba violando dicha resolución, pues no cooperaba plenamente en las inspecciones, lo que indicaba que continuaba ocultando armas químicas y biológicas. Con el apoyo de Reino Unido y otros países, Estados Unidos fue concentrando fuerzas militares en el golfo Pérsico, preparando una nueva guerra contra Irak. Muchos otros estados se opusieron a esta posibilidad, considerando que debía darse más tiempo a las inspecciones y prolongar mientras fuera posible la vía diplomática. Dado que en el Consejo de Seguridad de la ONU fue imposible alcanzar el consenso respecto a una acción militar, una coalición internacional dirigida por Estados Unidos invadió Irak en marzo de 2003 con los objetivos de derrocar a Husayn y destruir los arsenales de armamento prohibido que existieran en su territorio (finalmente no hallados). A mediados del mes siguiente, Bagdad fue tomado por fuerzas estadounidenses, el régimen de Husayn se derrumbó, y el paradero de este pasó a ser desconocido. En diciembre, tropas estadounidenses capturaron a Husayn, quien se encontraba oculto en un pequeño habitáculo subterráneo de una granja cercana a Tikrīt.
El 1 de julio de 2004, compareció por primera vez ante el Tribunal Especial Iraquí que habría de juzgarle. Poco antes, había sido puesto a disposición de las nuevas instituciones del país, una vez que a estas les fue transferida la soberanía del Estado por parte de la Autoridad Provisional de la Coalición. En octubre de 2005, comenzó la vista oral del juicio a Husayn por la muerte de 148 chiitas en la aldea de Dujail en 1982 (el primero de los cargos por los que tuvo que responder ante la Justicia); en noviembre de 2006, fue condenado a muerte por aquellos hechos, constitutivos de crímenes contra la humanidad según el Alto Tribunal que emitió el fallo. Confirmado este último por el Tribunal de Apelaciones iraquí, Husayn fue ejecutado en la horca, el 30 de diciembre de aquel año 2006, en Bagdad.

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